jueves, 12 de agosto de 2010

NACIONALISMO Y NACIÓN

En el año 2003, posteriormente publicado en La Voz de Galicia, escribía yo un artículo que siete años después, desgraciadamente, sigue plenamente vigente. Lo reproduzco para quien pueda tener interés en estos asuntos de la política española.

Y con los últimos acontecimientos, referentes a las distintas reformas de los Estatutos, se hace absolutamente indispensable abordar la reforma de la Constitución española de 1978, muy especialmente su título VIII, pero también los títulos VI, VII y XIX, porque no resulta sostenible a largo plazo un Estado integrado por territorios con distintas capacidades en el marco normativo que rige su acción política. Claro que, a mi juicio, antes debiera acometerse la indispensable reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, considerando el ámbito territorial del Estado circunscripción única a efectos de las Elecciones Generales al Parlamento y el Senado, de modo que la representatividad de los miembros del poder legislativo fuera verdaderamente proporcional y consecuentemente legítima. Pero eso es harina de otro costal.

Lo que parece innegable es que si nuestros dirigentes y sus opositores hubieran tenido la visión que ya entonces tenía este humilde Secretario de Administración Local, se hubieran anticipado y hubieran podido canalizar la insaciable voracidad y las constantes reivindicaciones que cada vez asumen más grupos políticos y sociales dispersos y fragmentados ideológicamente, pero unidos por el interés, no siempre de índole general precisamente. Reivindicaciones sistemáticas que en múltiples ocasiones no obedecen a la reflexión y el análisis racional, haciendo peligrar el progreso democrático, económico y social de un Estado que en esas condici0nes encuentra cada día mayores dificultades para garantizar la libertad y la igualdad del pueblo que sustenta y legitima su soberanía.

NACIONALISMO Y NACIÓN. PARA NO ESTAR SIEMPRE HABLANDO DE LO MISMO

El modelo de Estado y la cuestión autonómica son asuntos que acaparan la actualidad temática de la política nacional en los diversos medios de comunicación. Es lo cierto que los objetivos electorales a corto plazo magnifican los ecos reivindicativos de los megáfonos nacionalistas, pero es fácil intuir que ha llegado el momento de alejar definitivamente los fantasmas de nuestro inconcluso modelo de organización territorial, si no queremos vernos condenados a vivir para siempre con su inquietante presencia.

Hace más de veinticinco años ("más de treinta, en la fecha en que reproduzco este artículo"), los españoles supimos superar una delicada situación que amenazaba la buena salud de nuestra convivencia pacífica y acometimos el desarrollo de un proyecto de futuro como nación soberana en un contexto europeo y occidental. Por ello, no deberíamos albergar tantos temores y reticencias a la hora de abrir un debate amplio, profundo y sosegado que permita mejorar el actual modelo, sobre la base de la experiencia adquirida y la tradición que se ha ido consolidando; un debate en el que deben participar todos los representantes políticos, de ámbito nacional y autonómico, as como los distintos sectores económicos y sociales, analizando nuestros logros y las dificultades surgidas desde entonces, así como las nuevas necesidades y legítimas aspiraciones de los distintos pueblos de España, conciliando intereses y aunando esfuerzos y aportaciones.

Resulta cuando menos chocante la "imagen-cliché" de un nacionalismo reivindicativo frente a un poder central impermeable al diálogo abierto y público, con el único argumento de que Constitución y Estatutos de autónoma son "intocables", olvidando que la nación se constituye libremente en 1978 como un estado democrático y social de derecho en virtud de pactos y transacciones, cuyo resultado ratificó con ilusión la inmensa mayoría de los españoles.

Pongamos sobre la mesa las posibilidades reales de desarrollo del grado de autonomía, delimitemos con precisión el "minimum" necesario para que el Estado plural que constituye España funcione con eficacia, garantizando la libertad e igualdad en el ejercicio de los derechos y deberes de los ciudadanos, conjugando los distintos intereses territoriales con el interés nacional, corrigiendo desequilibrios, sumando generosamente las potencialidades que unos y otros materialicen en el ejercicio de sus respectivas competencias. Corresponde a los grandes partidos de ámbito nacional, precisamente por su capacidad para conformar de forma estructurada y coherente la voluntad de los ciudadanos de las diversas nacionalidades y regiones del Estado, liderar y encauzar esta iniciativa, anticipándose a los tiempos sin complejos, con mente abierta y juego limpio.

El panorama actual recuerda las interminables pugnas por el poder entre señores territoriales y una realeza ora intransigente ora benévola (siempre en una posición incómoda), propias de pocas feudales, en las que cada uno sacaba lo que podía, siempre a costa de los demás. A todos nos concierne y todos debemos participar en la inagotable tarea de construir una nación fuerte, integrada por nacionalidades concebidas como realidades de población, territorio y organización, cuyos intereses y aspiraciones pueden satisfacerse con amplia autonomía y perfecta armonía. Para no estar siempre hablando de lo mismo.


miércoles, 11 de agosto de 2010

EN EL DÍA DE TU SANTO


Atendiendo peticiones y compromisos de seguidores, dejo estos flecos poéticos:

En el día de tu santo, muchas felicidades.

"Qué regalo contemplarla mientras va y viene atendiendo a esto y a lo otro... Tropezar con sus ojos transparentes y profundos como la misteriosa melancolía de su alma virginal, bañarse en el iris castaño, perlado por infinitos anhelos y sueños que como sombras se duermen dibujando sus pestañas de seda... Respirar la fragancia que su cabello esparce en el ambiente cuando acaricia el aire al caminar y al rozar el terciopelo de sus hombros dorados... Bañarse en la luz de su blanquísima sonrisa, envuelta en pétalos de flores rubescentes..."
"En el día de su santo he querido pintarla con sábanas de guirnaldas de flores ensortijadas en el vapor denso de sus sueños, mientras su cuerpo descansa sobre los verdes prados que la han visto correr y reir..."
"Sencillamente es preciosa, una perla en medio de la selva de la vida".