"La
finalidad de la política es formar buenos ciudadanos"
(Aristóteles)
¡Pobre ingenuo!
Dado que el tema ha transcendido a los medios de comunicación, con un particular enfoque ( véase el siguiente enlace: http://www.laopinioncoruna.es/gran-coruna/2013/02/10/interventor-pone-reparos-verso/691495.html), procedo a publicar íntegros los referidos sonetos, que fueron compuestos en el año 2005, debido a una situación sufrida personalmente, si bien exportable a la generalidad de los ciudadanos que han sido injustamente maltratados por las componendas y amaños de los poderes establecidos de cualesquiera pretendidas ideologías o creencias, que siempre confluyen a la hora de defender sus intereses y hacer medrar a toda costa su peculio e inmerecida buena fama y honorabilidad social. Ahí van.
SONETOS DE LA
CORRUPCIÓN
I
Qué
funesta y repugnante decadencia
alborea
en este mundo fugitivo,
cuando
todo lo que es sucio es "relativo"
y
se adorna con guirnaldas la indecencia.
Renunciamos
a vivir con transparencia,
ocultando
tras la lengua sin estribo
que
en el fondo carecemos de un motivo,
de
una luz que ilumine la existencia.
Caminamos
sin retorno hacia la nada,
detestamos
los principios y valores
y
nos hiere la verdad como una espada.
Despreciamos
con escarnio los honores
y
exclamamos: "¡pobre alma inmaculada!;
la
nobleza es blasón de perdedores".
II
Cómplices
e irredentos pecadores
soslayamos
latrocinios y vilezas,
disculpamos
los abusos y bajezas
alegando
que otras cosas hay peores.
Injusticias
disfrazamos de favores,
discurriendo
mil y una sutilezas
que
socavan las escasas fortalezas
donde
moran del honor los defensores.
Nos
divierten lor ardides y argucias
de
los pillos que se llevan lo que es nuestro
y
estrechamos sin rubor sus manos sucias.
Aceptamos
que nos mande algún cabestro
titulado
en engañifas y en astucias,
fariseico
rezador del "Padre Nuestro".
III
No
vivamos siempre tras el burladero
viendo
cómo en nombre de la democracia
medran
pillos que ocasionan la desgracia
del
que cuida los principios con esmero.
Que
adictivo más que droga es el dinero:
se
protegen a la sombra de una acacia,
roban
huevos y pollos con contumacia
y
al fin quieren ya todito el gallinero.
Descubramos
al que roba con inquina,
condenemos
al amigo de lo ajeno
y
apliquémosle severa medicina.
Pertrechados
con espíritu sereno
procuremos
la justicia en cada esquina,
porque no lo que hacen
muchos siempre es bueno.
(Celestino J. Amigo. 2005)