viernes, 13 de enero de 2012

LA CRISIS Y EL "ALARGADOR DE PENES"

Proc. de: Eviemiht


En La Voz de Galicia de ayer se publicaba la siguiente noticia:

Adquiere un alargador de pene por Internet y le envían una lupa

Inicialmente el pontevedrés estaba dispuesto a denunciar la supuesta estafa en Comisaría, pero finalmente desistió

Escrito por:
López Penide
La Voz de Galicia/PONTEVEDRA

Quien más y quien menos ha visto, en algún momento de su vida, como sus expectativas hacia los Reyes Magos se frustraban. Sin embargo, pocos habrán padecido la decepción que sufrió hace unos días un pontevedrés al abrir un paquete que anhelaba con ilusión.
Días antes, según trascendió ayer, había dado los pasos precisos para adquirir un alargador de pene. La compra no la realizó directamente en un establecimiento comercial, por así decirlo, físico sino que confió en una página web de las muchas que proliferan por la red de redes.
Un buen día, lo que creía que era el alargador llegó a su poder. Sin embargo, sus ilusiones se cayeron por los suelos nada más abrir el paquete y encontrarse con que el remitente le había enviado una vulgar lupa.
(......................)

En el mismo ejemplar del citado Diario se recoge este otro titular: La reducción de la plantilla en Correos deja 1.000 cartas sin repartir en Lugo.

Por lo visto, la crisis no afecta por igual a todos y mientras unos se empeñan en reducir otros anhelan incrementos a toda costa.
En efecto, los sucesivos Gobiernos de España predican, anuncian y ejecutan sin descanso ajustes, recortes, rebajas y reducciones en la vida económica y social. Simultáneamente, políticos, científicos, expertos, periodistas y el propio "vulgo", en los despachos, en las salas de conferencias, en las aulas, en los estudios de radio y televisión, en las redacciones de los periódicos, en la calle y en las tabernas, aplican con frenesí la lupa que rechazó nuestra singular "víctima" de Pontevedra. Y es que una de las causas más importantes de que la crisis se prolongue y campe a sus anchas es el victimismo fingido de muchos y la hipocondría social que está generando. A estas alturas, está sobradamente demostrado que el que se preocupa por una alopecia incipiente no hace más que precipitarla y el que se empeña en tener cáncer acaba contrayendo la letal enfermedad. Contrariamente, el que enfrenta los problemas con serenidad, haciendo un planteamiento y un análisis racional de los mismos, estudiando las posibles soluciones sin reparar en esfuerzos y adoptando una actitud esperanzada y razonablemente optimista, disfruta de la victoria final de haberlos superado, integrándolos como una experiencia vital útil para el aprendizaje y la evolución personal y social.
Parafraseando a Mouriño en su célebre soliloquio, después de haber perdido -desde su punto de vista, injustamente- contra el Barcelona, me pregunto:
¿POR QUÉ las personas cuya situación económica no ha variado dejan repentinamente de consumir o invertir?
¿POR QUÉ muchos de los que están haciendo el agosto -porque también hay de éstos- ponen su grito y sus quejas en el cielo augurando un futuro de llanto y crujir de dientes?
¿POR QUÉ se congelan y reducen los salarios a los que pueden consumir para deesviarlos a sectores que están colapsados?
¿POR QUÉ no se incentivan las iniciativas viables que se han quedado durmiendo en los laureles?
¿POR QUÉ todos esos esplendorosos beneficios y ganancias de la época dorada de pronto parecen haber desaparecido del mapa?
¿POR QUÉ, en lugar de financiar los activos tóxicos nadie habla de aprovechar esta oportunidad histórica para constituir un patrimonio público del suelo, que la legalidad vigente ampara, y diseñar una política que resuelva el problema de la vivienda?
¿POR QUÉ siguen campando a sus anchas las grandes compañías suministradoras de servicios financieros, eléctricos, comunicaciones, energía, etc., que siguen imponiéndonos unilateralmente condiciones contractuales abusivas y usurarias?
¿POR QUÉ nuestros representates, los que ejercen en nuestro el poder del que somos depositarios siempre hacen lo que les dictan los "lobbies" y nunca lo que relalmente queremos casi todos los ciudadanos?
¿POR QUÉ no se dictan normas, se articulan mecanismos y se implementan recursos que permitan la eficaz prevención de la corrupción a todos los niveles?
¿POR QUÉ....?

En fin, se acerca el fin de semana y no pretendo ser un aguafiestas, por lo que retomo la noticia del frustrado usuario del alargador de su miembro viril. Recuerdo en estos momentos una copla popular que recoge Camilo José Cela en el segundo tomo de su Diccionario Secreto, y os emplazo a que tratéis de colocar en algún lado la dichosa lupa con que fue engañada la indignada víctima a que se refiere La Voz de Galicia. Ésta es la copla:

Porque una vez no atiné
lo proclamas con orgullo.
Otra vez me colgaré
un farol en el capullo
y en cada huevo un quinqué.




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