Como la vida misma o como decía la clásica canción de Fausto, "uns van ben e outros mal". Nunca lo hubiera creído, pero es el caso que nada menos que veintiocho de los cientos de visitantes de esta página se liaron la manta a la cabeza y, con mayor o menor fortuna, aventurando incluso la sustitución de ciertos ingredientes de los que no disponían, se pusieron manos a la obra. Como no tenían mejor cosa que hacer el fin de semana, pobres infelices,ensayaron la receta propuesta.
Sintetizo la problemática que me exponen vía google+:
1. Haciendo gala de una gran capacidad de observación, me comentan que olvidé indicar "qué se hace con las dichosas castañas cocidas y reservadas". Es cierto. Confieso mi inefable error y corrijo: Se rehogan inmediatamente después de haber hecho lo propio con el repollo.
2. A unos les ha salido "muy seco". Probablemente ha estado en el horno más tiempo del necesario, o bien por introducir la cazuela en frío, o por gratinarla a mucha distancia, o por ambas cosas. También puede suceder que halláis reducido en exceso los "líquidos elementos" durante la cocción destinada a conseguir el punto y la fusión (no mezcla ni mucho menos amalgama) de los sabores.
3. A otros, "muy aguado". Podéis concluir, "sensu contrario", que el aporte de líquidos o su reducción ha sido excesiva, o habéis dejado enfriar en demasía la cazuela antes de su gratinado.
4. Cuestiones estéticas:
a) El cebollino se ha quemado. Mezclazlo con el queso rallado antes de incorporarlo. Vigilad la distancia y potencia del gratinado.
b) Os parece pobre la coloración dorada con moteado verdoso. Picad parte del pimiento muy fino e incorporarlo al queso rallado con el cebolino. Reducid, en consecuencia, o suprimid incluso el aporte de pimiento a la cocción, ya que su sabor es muy dominante.
5. Sabor muy fuerte. Vigilad la cantidad de vino y el proceso de reducción del mismo.
6. Sabor dulzón. Si habéis utilizado verdura de la zona Mediterránea, es normal. Añadiz una pizca de pimienta blanca y nuez moscada.
7. Salado. Añadid más sal.
8. Soso. Menos sal.
9. No os ha gustado el plato. Seguid probando. El paladar hay que educarlo con paciencia y sabiduría.
10. Os ha dejado indiferentes. Seguramente se debe a que os habéis olvidado del imprescindible acompañamiento musical recomendado. Como alternativa, si estáis nerviosos o alterados, os recomiendo escuchar "Lágrima", de Tárrega, interpretada por el maestro Segovia.
Os diré que una vieja conocida, profesional del mundo de los fogones, lo ha probado con excelentes resultados y lo incorporará a la carta de su restaurante.
Con eso me siento bien pagado
No hay comentarios:
Publicar un comentario