miércoles, 15 de febrero de 2012

C'est la vie



 Como la vida misma o como decía la clásica canción  de Fausto, "uns van ben e outros mal". Nunca lo hubiera creído, pero es el caso que nada menos que veintiocho de los cientos de visitantes de esta página se liaron la manta a la cabeza y, con mayor o menor fortuna,  aventurando incluso la sustitución de ciertos ingredientes de los que no disponían, se pusieron manos a la obra. Como no tenían mejor cosa que hacer el fin de semana, pobres infelices,ensayaron la receta propuesta. 


          Sintetizo la problemática que me exponen vía google+:


1. Haciendo gala de una gran capacidad de observación, me comentan que olvidé indicar "qué se hace con las dichosas castañas cocidas y reservadas". Es cierto. Confieso mi inefable error y corrijo: Se rehogan inmediatamente después de haber hecho lo propio con el repollo.

2. A unos les ha salido "muy seco". Probablemente ha estado en el horno más tiempo del necesario, o bien por introducir la cazuela en frío, o por gratinarla a mucha distancia, o por ambas cosas. También puede suceder que halláis reducido en exceso los "líquidos elementos" durante la cocción destinada a conseguir el punto y la fusión (no mezcla ni mucho menos amalgama) de los sabores. 

3. A otros, "muy aguado". Podéis concluir, "sensu contrario", que el aporte de líquidos o su reducción ha sido excesiva, o habéis dejado enfriar en demasía la cazuela antes de su gratinado.

4.  Cuestiones estéticas:


      a) El cebollino se ha quemado. Mezclazlo con el queso rallado antes de incorporarlo. Vigilad la distancia y potencia del gratinado.


      b) Os parece pobre la coloración dorada con moteado verdoso. Picad parte del pimiento muy fino e incorporarlo al queso rallado con el cebolino. Reducid, en consecuencia, o suprimid incluso el aporte de pimiento a la cocción, ya que su sabor es muy dominante. 


5. Sabor muy fuerte. Vigilad la cantidad de vino y el proceso de reducción del mismo. 


6. Sabor dulzón. Si habéis utilizado verdura de la zona Mediterránea, es normal. Añadiz una pizca de pimienta blanca y nuez moscada.




7. Salado. Añadid más sal.

8. Soso. Menos sal.

9. No os ha gustado el plato. Seguid probando. El paladar hay que educarlo con paciencia y sabiduría.


10. Os ha dejado indiferentes. Seguramente se debe a que os habéis olvidado del imprescindible acompañamiento musical recomendado. Como alternativa, si estáis nerviosos o alterados, os recomiendo escuchar "Lágrima", de Tárrega, interpretada por el maestro Segovia.

     Os diré que una vieja conocida, profesional del mundo de los fogones, lo ha probado con excelentes resultados y lo incorporará a la carta de su restaurante. 








Con eso me siento bien pagado


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